¡¡¡Bienvenidos a Con breeches y a lo loco!!! 

Mi nombre es Astrid Klisans y para todos aquellos que no me conozcáis, soy amante de los caballos desde que era una niña. Todo comenzó con una fuerte caída que obligó a mis padres a entender que montar a caballo formaba parte de mi futuro, les gustase o no.

 

El Pinto, el primer caballo que me enseño lo que era “el suelo”

 

Por ello, decidieron inscribirme en la Escuela Ecuestre del Ejército en Venezuela en donde estuve montando durante 3 años. Comencé con un año de cuerda, sin riendas y sin estribos, sentándome y cayéndome casi a diario. Continué con un año de doma básica y fue al tercer año cuando pude disfrutar de mi primer salto. Una cruceta de unos 15 centímetros que más adelante se convertiría en un vertical de 0.90 que tendría que saltar a pelo. Sumado a esto, el programa incluía clases teóricas todos los viernes y una revisión trimestral llamada “revista” en la que un comité decidía si avanzábamos o teníamos que retroceder.

 

Mi primer año a la cuerda

 

Esta base tan sumamente estricta fue lo mejor que pudieron haber hecho mis padres. No sólo aprendí desde lo más fundamental, sino que me enseñaron lo que era la verdadera disciplina. ¡Nadie le contesta a un teniente! Sólo había que caerse, quitarse la tierra de la cara y volverse a subir. No había miedos, respuestas, ni cobardía, todo se tenía que superar.

Hoy día estoy sumamente agradecida a cada uno de esos días sin estribos, a cada uno de esos saltos a pelo y por supuesto al coraje con el que tuve que enfrentar cada uno de esos miedos.

Años después practicaría una especie de “Raid” que se llevaba a cabo en las montañas de Venezuela a lomos del bonachón de Lucero, el guapísimo Troy, el peculiar Papelón y Bebé, un precioso bayo de paso fino colombiano que daba mucho que hablar. A los 12 años tendría a mi primera yegua “Arizona” mientras comenzaba a saltar con distintos caballos: Bolero, Fendi, El pollo y Chiricoa entre muchos otros. Un año después conocería a quien me llevaría a la victoria, mi precioso castaño Pura Sangre “Madrigal” de quien siempre lamentaré no tener una buena foto…

 

Mi primera yegua Arizona

 

Saltando con Bolero

 

Para cuando cumplí los 15 años, me mudé a Estados Unidos y me dediqué a montar únicamente en los veranos ya que debía enfocarme en mis estudios y en sacar mi carrera (arquitectura) adelante.

Hoy día los caballos se han vuelto a cruzar en mi camino, pero esta vez para no apartarse. En definitiva esto es mi vida y estos gigantes forman parte de mi felicidad, mi rutina y por supuesto, mis sueños.

Hace 3 años, por circunstancias ajenas a mí, me vi “obligada” a probar la Doma Clásica. Digo que me vi obligada, porque en ese momento sólo recordaba las frases que decíamos con mis amigos de salto… “Pero si sólo dan vueltas en la pista”… Ahora sólo puedo pensar lo equivocada que estaba y lo ignorante que era. La Doma Clásica resultó ser mi pasión y después de estos 3 años de aprendizaje y muchas gotas de sudor (y lágrimas), me he dado cuenta que es la disciplina que sin saberlo, llevaba en mi corazón. Arte, paciencia, elegancia, belleza y perfección son algunas de las palabras que me vienen a la mente para describirla.

 

Concursando con mi actual caballo "Rocco"

 

Copa Confederaciones 2015

 

Aunque mi base es buena, me queda no mucho, sino muchísimo por aprender, pero estoy segura que con el tiempo y con mucha perseverancia, podré cumplir mi sueño y concursar en alguna prueba de Kur Gran Premio. Bailar al ritmo de la música mientras le explico a mi caballo que debe lucirse y disfrutar.

Para ello cuento con el mejor equipo de RiderCollection. Patricia Rauch me ayudará a seleccionar el mejor equipamiento para mi caballo ya que aunque lo parezca, no es una tarea fácil. Hay demasiado donde elegir y es fácil perderse… Así mismo cuento con José Polo, “J”, quien estará asesorándome en temas de alimentación, suplementos y cuidados del caballo para conseguir un óptimo resultado en su apariencia y estado físico. Debemos trabajar, pero también debemos DISFRUTAR esta hermosa afición.

 

Os presento a mi “asesora personal” y amiga ¡“Patricia”!

 

De momento os doy la bienvenida a este espacio en donde estaré compartiendo mis vivencias como amazona, así como consejos sobre el cuidado del caballo, equipamiento, disciplinas ecuestres, eventos y mucho más. Quiero que aprendáis, que os sintáis libres de comentar y de argumentar y que este intercambio de ideas se convierta en una “amistad virtual” en donde el caballo sea nuestro punto de encuentro.

¡¡¡Estrenaremos el 2017 con muchas ganas y muchas publicaciones!!!

Os dejo fotos con mi entrenador Rafael Alcocer y nuestros caballos “Rocco” y “Duende” disfrutando de esta hermosa pradera otoñal...

 

 

¡¡¡Nos vemos en 15 días!!!

 

MUAHHHHHHHHHHHH!!!!!!

 

16 diciembre 2016 — Astrid Klisans
Etiquetas: ASTRID KLISANS