En estado salvaje el potro recién nacido debe rápidamente levantarse sobre sus patas, reconocer y seguir a su madre, responder a sus llamadas…Lo mas importante es que sea capaz de huir con ella a gran velocidad. La huida es en el caballo, el comportamiento de supervivencia básico y algunas horas después del nacimiento, incluso los potros mas vacilantes son capaces de galopar de una forma espontánea solo por el hecho de su instinto de supervivencia. Durante la primera hora de vida del potro parece ser que la visión es el sentido mas desarrollado como lo demuestra su interés y acercamiento a las formas largas que se encuentran alrededor de él. En estado salvaje estas formas son en efecto su madre y los otros miembros de la manada. Observaciones científicas demuestran que el periodo de impregnación y de relaciones se desarrollan justo después del nacimiento y no dura mas de una o dos horas. Después de este periodo la presencia de un extraño puede asustar al potrillo siendo lógico, puesto que él siente la necesidad de protegerse de los predadores. El potro recién nacido puede ver, entender, sentir y responder a estímulos táctiles como un caballo adulto. Es a partir de estas observaciones que se ha elaborado el método del Imprinting, que permite dar al potro recién nacido informaciones permanentes.

El método del Imprinting persigue cuatro objetivos:

1. La relación con el hombre

2. La desensibilización a ciertos estímulos

3. La sensibilización a otros estímulos

4. La obediencia al hombre 

El potro se relaciona y sigue a todo aquello que se mueve alrededor de el en las primeras horas que siguen a su nacimiento. Esta relación se crea para garantizar sus posibilidades de supervivencia. Por lo tanto parece lógico admitir que el potro recién nacido puede, además de, relacionarse con su madre y con otros caballos, relacionarse con otros animales y por lo tanto con el hombre. En estado salvaje el potro, días después de su nacimiento, tiene miedo y huye por todo movimiento extraño , a menos que identifique este movimiento con la criatura que ha mantenido una relación ( Imprinting) inmediatamente después de su nacimiento. Esta reacción contribuye , lógicamente, a la supervivencia del potro. Si ve cualquier cosa que no le resulta familiar ( Imprinting) se ira a refugiar cerca de su madre o del individuo con el que se ha relacionado. Es importante comprender que la relación con el ser humano no suprime el miedo del propio animal y su instinto de huida , pero si suprime el miedo al hombre. El potro reacciona a todo estimulo sensorial por medio de la huida tanto si son estímulos visuales, olfativos, auditivos o táctiles.

La desensibilización a ciertos estímulos es fundamental en la primera fase de la Doma

• El potro debe aprender a aceptar ciertos estímulos ( táctiles, olfativos, auditivos y visuales )

• Acostumbrándolo a ruidos , vibraciones, movimientos, sensaciones…..

• Siempre dándole confianza y sobre todo seguridad. La sensibilización a otros estímulos

• Conseguir que el potro tenga un reacción condicionada por medio de estímulos. • Reaccionando voluntaria y progresivamente a estímulos externos con respuestas condicionadas ( desplazar o dar sus miembros, ramalear…)

• A esta temprana edad aprende rápidamente y retiene bien la información y es así como podemos conseguir un potro obediente y dócil. La obediencia al hombre

• La obediencia del caballo será mayor a medida que consigamos evitar su deseo de huida

• La dependencia crea respeto.

• Al potro no hay que someterlo sino convencerlo.

• Infundir miedo provoca desconfianza y deseo de huida.

• En resumen evitar la huida lleva al caballo a la obediencia.

• De este manera además de conseguir un potro obediente, será respetuoso y dócil.

 

En libertad el caballo busca protección en la seguridad de la gran manada, pero su unión personal y su leve confianza va a buscarla en el afecto individual hacia por norma general, un único compañero. Sólo reconoce una única distinción muy sencilla entre los miembros de su grupo, más débil o más fuerte ,dominar o ser dominado. No hay punto intermedio. Un caballo siempre hace esa distinción antes de nada. Si un caballo no es realmente dominado, se encuentra ante un conflicto psíquico constante. Por así decirlo está obligado (debido a su disposición genética) a luchar constantemente, aunque sólo sea a través de actos esporádicos de desobediencia. Así pues cuando estamos con un caballo es absolutamente necesario sobre todo para su salud física, dominarle al cien por cien. Esto no significa que haya que utilizar la violencia por que en el mundo animal bajo ningún concepto son siempre los animales más grandes, fuertes y superiores físicamente los líderes de la manada, si no más bien aquellos que sobresalen por su personalidad, irradiación y por su resolución. Estas “armas” son más bien de naturaleza psicológicas y son muy superiores a las puramente físicas. Por lo tanto para poder dominarle realmente pero sin violencia es imprescindible comunicarse con el caballo y por supuesto montar a caballo es comunicarse con él.

Es primordial comprender que cuando hablamos de domar no se trata de dominar físicamente a un caballo, no hay ningún ser humano mas fuerte que un caballo. Domar no significa la utilización de la brutalidad, el castigo psíquico y/o físico y otros malos tratos. En el momento que privamos a un animal de su comportamiento de supervivencia, se somete mucho más fácilmente. Cada especie expresa por una postura particular su sumisión a otros miembros del clan. Esta actitud es la mas vulnerable. Por lo tanto cuando el caballo esta sumiso el adopta una actitud vulnerable . La actitud de sumisión de un caballo reside en la inclinación de su cabeza y en los movimientos de su boca ( rumiando). Para comprender a los caballos el hombre tiene que ser capaz de interpretar su lenguaje .Conociendo sus actitudes y reacciones. A medida que sepamos interpretar su lenguaje empezaremos a entablar una relación donde el caballo nos comunica su miedo, dolor, curiosidad, alegría, enfado, cansancio, estrés, … y el hombre podrá responderle con premio, comprensión , enfado etc. Es así como la doma llega a convencer al caballo, utilizando la comunicación por medio de la sensibilidad, la confianza y la firmeza.

18 mayo 2014 — Patricia Rauch
Etiquetas: Manejo del Caballo