¡Hola amigos del mundo del caballo!

Seguramente os ha pasado alguna vez lo mismo que a mí… Os preguntan sobre vuestras aficiones y al responder “los caballos” os dicen, “¡que bien! yo también tengo un hobby”. Es ahí cuando trato de explicar que montar a caballo es algo mucho más que un “hobby”. Acá no dependemos únicamente de nosotros o de un accesorio, acá somos un equipo conformado por dos seres vivos que piensan y sienten de maneras distintas. Por ello hoy quiero hacer énfasis en la conexión con nuestro caballo y algunos aspectos que debemos tener en cuenta para afianzar este maravilloso vínculo. ¡Espero os guste!

 

 

Quisiera comenzar esta publicación desde la humildad. No soy una profesional ni una atleta olímpica con décadas de experiencia. Mis consejos están basados en mi experiencia personal, en los caballos que han formado parte de mi vida y como no, en los libros que desde pequeña han llamado mi atención.

 

Para afianzar la conexión con nuestros caballos, os quiero detallar algunos aspectos que considero importantes a la hora de establecer una relación basada en el respeto, la confianza y el sentimiento.

 

1. El Liderazgo

 

 

Los caballos son animales nobles y actúan por instinto. Parte de este instinto les enseña a seguir a sus líderes. Con ellos, se sienten protegidos y su nivel de confianza aumenta. Es importante que nuestros caballos nos respeten y se sientan protegidos a nuestro lado. Un caballo con miedo actuará con violencia y desconfianza acompañados de un gran nivel de estrés. Un caballo confiado no solo será más feliz, sino que se sentirá protegido a nuestro lado.

 

Aunque en el futuro me extenderé en el tema del liderazgo, si me gustaría dejar algunos aspectos que en lo personal han sido de mucha ayuda a la hora de llevar a la práctica aquello que he leído:

- Propósito: para un liderazgo con éxito, es importante tener claro cual es nuestra meta. Dependiendo de ésta, elegiremos el curso de acción adecuado. Ejemplo: con un potro recién desbravado tendremos una meta a corto plazo distinta a la que tendremos con un caballo adulto.

- Claridad: Debemos entender que es lo que necesita nuestro caballo y adaptarlo a nuestra meta.

- Ser justos: Debemos ser conscientes que la reacción de nuestro caballo es consecuencia del instinto. Sus miedos, poca sociabilidad o reacciones violentas no son un tema personal.

- Coherencia: Nuestro cuerpo siempre reflejará externamente aquello que estemos sintiendo por dentro. Si tenemos miedo, lo transmitiremos al caballo con nuestros gestos. Por ello, si estamos inseguros es mejor no actuar.

- Consistencia: Debemos ser consistentes y actuar del mismo modo de manera continua. Ser la misma persona todos los días.

 

Combinando estos aspectos y estableciendo ciertos límites, conseguiremos que nuestros caballos se sientan protegidos mientras que su percepción hacia nosotros sea de un liderazgo basado en el respeto y en el entendimiento.

2. La conexión comienza en el suelo

 

 

Para afianzar el vínculo con nuestros caballos, debemos primero construir una relación pie a tierra. Serán nuestros gestos, nuestro olor y nuestra voz lo que afianzará la relación que después pasará a ser “a lomos”.

 

Un acercamiento mientras estamos agachados (con cautela) llamará su atención al hacerles sentir en cierto modo “por encima” de nosotros. Este interés les ayudará a romper barreras de timidez y cobardía y les ayudará a afianzar un primer paso hacia el respeto mutuo.

 

También considero importante resaltar el aspecto zanahorias, manzanas, azúcar y demás chuches. Siempre he sido muy generosa a la hora de llevar premios a mis caballos. Pero, con el tiempo me di cuenta que debemos limitar estos premios y obsequiarlos en el momento adecuado. Los caballos suelen aprenderse este gesto y pedirlos con mordiscos, rascando en el suelo y desatendiendo cualquier otro gesto de cariño. Es importante premiar pero siempre teniendo en cuenta que nos deben respetar y que somos nosotros quienes decidimos cuando obsequiarlos.

3. El saludo

 

 

Es muy importante la manera en la que nos acercamos a nuestros caballos, independientemente si están en un box o en el prado. Debemos acercarnos pasivamente transmitiendo confianza y esperando a que ellos se interesen por nosotros. De esta manera reduciremos el estrés corporal y les haremos entender que pueden involucrarse desde el comienzo de cada sesión.

 

En muchas ocasiones observo a personas acercándose bruscamente a los caballos (y a otros animales) aportando un altísimo nivel de estrés y desconfianza. Aunque no debemos acercarnos con miedo, si podemos ser sutiles y ofrecerles algunos segundos (o minutos) para que aceptando nuestra presencia, su nivel de confianza aumente. Lo más seguro es que el caballo esté relajado antes de nuestra llegada, es importante que al acercarnos su comportamiento no tenga cambios violentos.

4. Utiliza las manos

 

 

Nuestras manos son una manera importante de establecer un vínculo más fuerte. Será nuestro olor y la manera como las utilizamos lo que más llamará la atención de nuestros caballos.

 

Una alternativa a las caricias diarias sería rascarlos suavemente para brindarles un poco de confort. La zona de la cara suele ser la que más alivio les proporciona debido a la comezón que deja el constante roce de la cabezada y el sudor. Pero hay que ir con cuidado, sobretodo al acercarnos a las orejas ya que a muchos les incomoda…

 

También podemos complementar el cepillado diario con masajes suaves. Este “cepillado a mano” puede ayudarles a relajar los músculos y a reforzar nuestra relación, especialmente si lo hacemos antes del trabajo.

5. Un paseo

 

 

Los caballos disfrutan mucho el cambio de paisaje, sobretodo si se encuentran en boxes. Un paseo a mano, similar al que haríamos con un perro, les ayudará a despejar la mente y a habituarse a sonidos y situaciones distintas mientras se sienten protegidos con nuestra compañía.

6. Cambiar la rutina

 

 

Personalmente creo que el cambio de rutina es sumamente favorecedor tanto para el jinete como para el caballo. A nosotros nos gusta escaparnos a Extremadura, lejos de las competiciones y del entrenamiento diario.

 

Algunas personas podrían debatir que este aspecto desenfoca a los caballos porque lógicamente son días de vacaciones que luego pagamos en el entrenamiento. Pero, os aseguro que el regreso es mucho más apetecible cuando ambos comenzamos oxigenados y con aires distintos, sobretodo si el cambio de rutina ocurre después de la temporada de competiciones.

7. El sentimiento

 

 

Personalmente considero un error humanizar a los caballos y asumir que sus sentimientos son comparables a los de un ser humano. Aún así, pienso que es su propio instinto el que les hace percibir nuestro estado de ánimo y analizar si representamos un entorno positivo o no. Por ello considero muy importante nuestro estado psicológico y como no, el físico también. El cansancio y la falta de estímulos y paciencia serán rápidamente percibidos, debilitando así la compleja y delicada conexión jinete-caballo. Un día malo les hará olvidar todo un mes de cariño… Para montar hay que estar descansado, concentrado y dispuestos a entregar gran parte de nuestra energía.

 

 

Por lo pronto me despido, esperando que estos aspectos os puedan servir para analizar la conexión con vuestros caballos y reforzar aspectos que quizá teníais apartados. Parece fácil, pero en una relación donde las bases del respeto, la confianza y el cariño deben ser sumamente sólidas, mucho habrá que analizar y transmitir.

 

Nos vemos de nuevo en dos semanasssssssssssssssss :) :) :) 

 

¡¡¡Abrazoss!!!

  

 

Créditos:

 

Fotos: Alberto Hernández @alberto_hndz

Makeuo & Hair: Sandro Nonna @sandrononna

10 febrero 2017 — Astrid Klisans
Etiquetas: ASTRID KLISANS